Cuando hablamos de información en la empresa nos referimos a uno de los activos más importantes que estas poseen. El trabajo de las organizaciones está basado en el uso y gestión que se hace de esta, siendo crucial en el día a día de una empresa.
La información debe estar rigurosamente catalogada y ser accesible para así poder consultarla y clasificarla fácilmente según las necesidades. Así pues, debe estar salvaguardada y controlada para evitar que algún agente externo pueda acceder a ella, modificándola o destruyéndola.
Si la información de la empresa cayera en manos de individuos malintencionados, podría conllevar resultados fatales. Por lo tanto, se recomienda que tenga un ciclo de vida, eliminándose de forma segura cuando deje de ser de utilidad. Pero, mientras esa información sea útil y tenga una razón de ser conservada, deberá estar protegida, siguiendo buenas pautas para ello.
A continuación, se muestran una serie de medidas básicas para la protección de este activo vital para los intereses de las organizaciones: