El 34% de las pequeñas y medianas empresas no tiene previsto invertir en digitalización, al menos en los próximos tres años. La pregunta es sencilla: ¿Cómo puede prosperar un país en un mundo que se halla en la cuarta revolución industrial (la de la digitalización) si la mayoría de sus empresas ni pueden ni saben cómo salir de ese laberinto?